Recientemente, leí un artículo muy interesante en el National Post sobre el uso de células madres en Canadá. El artículo comenzaba con un testimonio de una canadiense de Toronto, Maureen Munsie de 63 años, la cual fue inyectada con sus propias células madre en el tobillo, debido a una artritis que la incapacitaba al punto de no poder subir escaleras. Sin embargo, tres meses después del implante, ella se había recuperado a tal nivel ¡que se había podido ir de vacaciones a la Patagonia!
Este resultado de la canadiense Maureen no es algo fuera de lo común, incluso diría, que es también la regla para mis pacientes tratados aquí en nuestro instituto de StemCell Miami, a los cuales igualmente les he trasplantado sus células en el tobillo (por una artritis degenerativa similar), con nuestro exitoso sistema patentado llamado: Prometeo, por los últimos 7 años y sin ningún efecto colateral.
Tal es así, que puede usted buscar varios de mis artículos anteriores (en esta misma columna) con asombrosa similitud a este del National Post. Por ejemplo, el de Julio del 2016 sobre Debora, (casualmente hermana de una doctora y esposa de uno de los mejores amigos de mi niñez) la cual padecía exactamente del mismo problema y limitaciones que Maureen y que solo tres meses después de su implante, obtuvo los mismos resultados positivos. Quisiera agregar, que más de un año después de su procedimiento, todavía Debora reporta que continúa controlando efectivamente su dolor, rigidez y la gran debilidad que antes tenía en su tobillo.
Sin embargo, lamentablemente también siempre existen detractores en cualquier innovador proyecto en marcha. En dicho artículo del National Post, un profesor de leyes de salud en Alberta (Ubaka Ogbogu), que aparentemente cuenta con una limitada experiencia en la aplicación clínica de células madre, opinó que: “las células madre deben ser controladas para actuar de la forma que queramos y que hasta que no se logre este objetivo, no debieran usarse.”
En su aparente conocimiento limitado sobre células madre, Ogbodu además desconoce que las células madre de cada individuo están “programadas” para reconocer y regenerar el tejido dañado sin causar efectos deletéreos y que no necesitamos obligarlas a actuar. Además, este profesor de salud pública obvia completamente el sufrimiento de estos pacientes y la inhabilidad del sistema de salud actual de dos de los países más poderosos en medicina, en poder efectivamente controlar el dolor de sus innumerables ciudadanos con artritis.
Por otro lado, si corroboró que “el progreso científico no solo está limitado a los laboratorios y los estudios doble-ciegos” como agregó el Dr. Douglas Stoddard, el cual trató a Maureen y con quien si estoy completamente de acuerdo.
Mi experiencia casi idéntica a la del Dr. Stoddard, es que alrededor de tres meses después del implante de células madre el 80% de los pacientes reportan menos dolor, debilidad y rigidez en la articulación. Con más de 3500 casos realizados en nuestro prestigiosos Instituto en Miami y a más de 2000 kilómetros de distancia de clínica de Toronto, los tratamientos con células madre tienen el mérito unísono de que sobre todo: ¡TRABAJAN EFICAZMENTE y SIN COMPLICACIONES DE NINGÚN TIPO!
Si usted, un familiar o amigo están interesados en recibir tratamiento con Células Madre o PRP, llámenos al (305) 598-7777. Para más información visite: www.stemcellmia.com en inglés y español o en YouTube @Stemcellmiami. También síganos en FB y Twitter. Stem Cell Miami estará agradecido de que comente sobre el artículo o si desea escribirles directamente hágalo a: info@stemcellmia.com