Durante uno de mis recientes programas radiales, recibí varias llamadas sobre la misma alarmante situación. Consistentemente, muchas de estas llamadas eran de pacientes descontentos y que me preguntaban cómo podían saber “si les estaban verdaderamente aplicando células madre” en ciertas clínicas locales, la cuales atraen pacientes a inscribirse en su plan médico HMO y les prometen “realizarles un tratamiento de células madre”, cubierto por dicho plan.

Rápidamente les pregunté qué me explicaran exactamente lo que les habían hecho, y una señora me respondió: “me sacaron un tubito de sangre y creo que lo mezclaron por un minuto y luego me inyectaron rápidamente con un líquido amarillo.” A lo cual yo le rectifiqué que ese tratamiento no era un procedimiento de células madre, sino simplemente le habían inyectado plasma, que no es nada parecido (ni tan poderoso) como las células madre y por eso no había mejorado su condición.

La razón de este artículo es para alertar a nuestros lectores sobre los posibles engaños a los que pronto se verán expuestos, con el incrementado desarrollo y proliferación de los tratamientos con células madre y de la medicina regenerativa en general. Por lo cual, deben tener mucha precaución antes de someterse a ningún procedimiento de esta índole.

Quiero reiterar que el tratamiento que mencionó la señora de la radio recibe el nombre de Plasma Rico en Plaquetas (PRP) y es completamente diferente a las células madre (CM). Las células madre son células especiales que se encuentran diseminadas en el tuétano y la grasa, las cuales hay que cuidadosamente encontrar, colectar y filtrar estratégicamente, mediante un proceso especial el cual es mi patente personal y por ende, el método que usamos en nuestro aclamado instituto,  un sistema llamado: Prometeo. El procedimiento de células madre regenera y crea cartílago, tendón, hueso y músculo, incluso tenemos evidencia que pueda reparar el nervio o nervios dañados. Sin embargo, el PRP solamente combate la inflamación, así que no va a ser efectivo en la artritis, ni tampoco contra el desgaste o pérdida del cartílago.

En conclusión y como dice el famoso refrán: “es mejor precaver que tener que lamentar” y con casi 15 años de experiencia y dedicación en este nuevo campo médico, me preocupa la inminente posibilidad que se corrompa (con personas inescrupulosas)  y le dañen la reputación a las poderosas células madre. Por lo tanto, les recomiendo que se asesoren bien antes de someterse a un tratamiento de células madre y busquen la ayuda de doctores e institutos con experiencia y alta credibilidad en este ámbito.

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