Durante mis casi 15 años trabajando en el campo de lo que ahora conocemos como Medicina Regenerativa Celular y haber completado casi 3000 implantes de células madre, hay situaciones y anécdotas de la vida real, que valen la pena comentar con mis amigos lectores.
La semana pasada, estaba haciendo como de costumbre la segunda consulta de seguimiento a Cecilio, un paciente de 73 años de edad que es escritor y periodista de una importante revista en español de Miami y padre de una buena amiga. A Cecilio le habíamos implantado las células madre en la cadera 12 semanas atrás, debido a un dolor terrible y constante del cual padecía desde hace varios años y que no le permitía caminar sin la ayuda de un bastón.
Afortunadamente, encontramos que a Cecilio se le había mejorado el dolor un 80% y estaba sumamente contento. Después de examinarle con un ultrasonido la cadera y constatar la mejoría (producto del inicio de la regeneración de los tejidos afectados y el control de la inflamación), le di todas las indicaciones para los próximos 6 meses.
Justo después, fue cuando su esposa (con el bastón en la mano y un poco contrariada) me dijo: “Doctor, hace 6 semanas que llevo cargando este bastón y Cecilio no lo quiere usar porque dice que ya no le duele y yo cargo con el todos los días por miedo a que vuelva su dolor… ¿qué cree usted se pueda hacer al respecto?” A lo cual yo amablemente le respondí: “Bueno, la realidad es que a Cecilio ya no le va a hacer falta más el bastón, puede usted dejarlo en la casa a partir de ahora.” Con una cara muy alegre su esposa me contestó: “¡Ayayay, gracias doctor…ya no sabía ni qué hacer con este bastón!
A pesar que esta anécdota real pueda parecer graciosa, refleja claramente la fuerza de las células madre y su poder de regenerar y reconstruir el cartílago dañado (independiente de la edad del paciente). En el caso de Cecilio, su gran mejoría del terrible dolor (del cual padeció por varios años), le facilitó que pudiera dejar el bastón y retornar a su vida normal. Debemos mencionar que este tipo de resultado tan positivo, es poco común en casos similares a este, cuando dichos casos no son tratados con la poderosa ayuda de las células madre.
Nuestras propias estadísticas (las cuales son usadas dentro y fuera de los EEUU), muestran que a pesar de la edad de los pacientes, las células van a funcionar controlando el dolor y mejorando la movilidad, lo que se traduce en retornar a una vida normal. Además, estos mismos estudios muestran que aunque el nivel de éxito va (relativamente) disminuyendo después de los 80 años, esto se produce paulatinamente.
No obstante, nuestro punto es que incluso en aquellos pacientes de más de 80 años, la opción de someterse a una invasiva cirugía les garantiza una gran cantidad de posibles riesgos, complicaciones y efectos secundarios, tales como: infección, embolismo, aceleración de la perdida de memoria y Alzheimer, aflojamiento o salida del lugar de la prótesis, fracturas y la metalosis (una nueva enfermedad en que el cuerpo se “intoxica” con las pequeñas partículas que el cuerpo rechaza y no tiene cura conocida actualmente).
En otras palabras, que un implante de sus propias células madre no le provoca ningún tipo de rechazo, los riesgos son mínimos y usted deja todo en manos de sus propias células, no de parte de “algo ajeno para su organismo” con la posibilidad de curar su dolor. ¡O sea, que con las células madre usted siempre gana!
Así que si usted, un familiar o amigo desean consultarse sobre células madre con el equipo de expertos en StemCell Miami, por favor llámenos al (305) 598-7777. Si desea información remítase a www.stemcellmia.com (ahora disponible en inglés y español). Si desea ver testimonios de pacientes hágalo suscribiéndose a nuestro canal de YouTube @ StemCell Miami o también en las redes sociales vía Facebook y Twitter. Para comentar sobre este artículo o hacer alguna pregunta en particular, le puede escribir al doctor directamente al correo electrónico: info@stemcellmia.com